En su forma adulta, este cestodo vive prendido a las vellosidades de la mucosa del intestino delgado del hospedador definitivo (perro). Está compuesto por el escólex, que presenta 4 ventosas y un rostelo con ganchos dispuestos en una doble corona para su fijación.
Los huevos expulsados en las heces del perro, llegan al intestino, concretamente al duodeno del hospedador intermediario, donde se desintegra la cubierta que rodea al embrión para dejar salir a la oncosfera, la cual, por medio de sus ganchos, penetra a través de las
microvellosidades intestinales pasando al sistema venoso para llegar por la circulación sistémica a los diferentes órganos, se alojan sobre todo en el hígado y pulmones, pero también pueden hacerlo en otros tejidos, donde comienzan a crecer y desarrollarse lentamente.
CUADRO CLÍNICO
La infección humana por E. granulosus conduce al desarrollo de uno o más quistes hidatídicos localizados con mayor frecuencia en el hígado y los pulmones, y con menor frecuencia en los huesos, riñones, bazo, músculos, SNC y ojos. Las manifestaciones dependen del órgano afectado, el número de quistes, su tamaño y la presión ejercida sobre tejidos u órganos adyacentes.
Con frecuencia se observa hepatomegalia, dolor en hipocondrio derecho, dolor abdominal, náuseas y vómitos cuando las hidátides se localizan en el hígado. Cuando afecta a los pulmones, los signos clínicos que aparecen son tos crónica, dolor torácico y disnea.
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